Bienvenidos a mi infierno terrenal

Me acusaron de intolerante, de agria, furibunda y de mal carácter. Jamás me defendí porque es la pura verdad.
Comparto acá mis odios mas ardientes.

jueves, 27 de enero de 2011

64) Los Straight Edge

No tengo nada en contra de la gente que no bebe, ni que no fuma, ni que no se droga, ni que no tiene sexo promiscuamente.

Me importa una mierda lo que hagan.

Sería muy pelotudo de mi parte sentirme molesta por un estilo de vida que en nada me perjudica.

Pero lo que me provoca meterles el puño por la nariz y que salga por la cavidad ocular es que se hagan llamar Straight Edge. O cualquier nombre que se quieran poner.

Los budistas, los krishna, los niños, y bla bla bla TAMPOCO CONSUMEN NADA . Pero claro... Les gusta tener un nombre, sino cómo van a saber si van a la moda.

Se llama ser abstemio ¡¡¡ABSTEMIO!!! Qué tanta necesidad de pertenencia que nombran a cosas que ya tienen nombre.

Quizá no todos me molesten así. Más que nada los Hardline supongo, le rompen las pelotas a todo aquel que piense distinto a ellos. Son unos fascistas, eso es lo que son.
Pretenden imponer su punto de vista y que todos seamos iguales a los que ellos les parece.

Mierdosos. Para darles un ejemplo les muestro esto que encontré no hace mucho en un blog: "Yo soy una persona al igual que tú, pero tengo mejores cosas que hacer AH QUÉ ¿¿¿ESCUCHAR HARD CORE DE MIERDA???, que sentarme por ahí y joderme la cabeza, que salir con l@s muert@s vivientes, que esnifar mierda de color blanco USO NO ES ABUSO, GIL, que desmayarme en los conciertos NO CLAAAAARO PORQUE NO SE CAGAN A TROMPADAS EN EL POGO. Ni siquiera pienso en el speed, es algo que simplemente no necesito EL RESTO DE LA GENTE TAMPOCO LO NECESITA, SOLO LE GUSTA. Yo soy una persona al igual que tú, pero tengo mejores cosas que hacer IGUAL PERO UN POCO MAS MIERDOSO, que sentarme por ahí y fumar porros, porque sé que puedo arreglármelas. Me rio al pensar en comer pastillas. Me rio al pensar en esnifar pegamento. Y YO ME RÍO DE TU POCO AUTOCONTROL QUE TENES QUE LIMITARTE EN TODO Siempre me mantendré consciente, nunca quiero usar esas muletas AH PERO YA LA TENES AMIGO, SE LLAMA SER STRAIGHT"

¿Se dan cuenta que es una filosofía que implica que hay mejor gente que otra?


Su discurso es de que su cuerpo es su templo, y que no quieren contaminarlo ni meter agentes externos innecesarios, pero bien que se llenan de tinta y maquillaje la piel, porque claro, si no lo demuestran de alguna manera ya no sería cool.

Odio los alardes constantes. Odio que tengan que andar ventilando por ahí que coño hacen con su vida. Odio que le saquen la naturalidad a su elección de vida. El que es médico no se la pasa contando como le gusta curar a la gente: simplemente lo hace. El que es músico no se la pasa hablando de que es músico: va y toca música (mentira, otros hijos de puta egocéntricos). El que es gamer no pone en su estado de facebook como le gustan los videojuegos: los juega.

No soy una censora que no quiere que la gente hable de sus intereses PERO PAREN UN POCO LOCO, NO TE ESCABIES NO FUMES NO COJAS Y YA ESTA ¿QUÉ TENES QUE ANDAR CON EL PAÑUELITO EN EL BOLSILLO?

No dejan de mirar tv, ni de usar internet, ni de masturbarse, ni la infinidad de cosas que pueden transformarse en una adicción también. NO, ni en pedo, hay que presentar resistencia contra prácticas sociales para poder hacernos notar.

Y por ahí no me expreso del todo bien ni logro plasmar todo lo que siento, pero puedo asegurarles que es el posteo mas visceral que hice hasta el momento.
Son unos mamertos.

viernes, 14 de enero de 2011

63) Que los perros te huelan el culo

En la zona perianal existe una glándula que emana un líquido odorífero característico en cada can. Osea, estas glándulas son análogas a nuestras huellas digitales.

Amo mucho a los animales, y cualquiera que me conoce lo puede afirmar y apostar sus encías a que es cierto. Pero como me irrita las gónadas que me vengan a reconocer a mi.

Es un acuerdo tácito que tenemos con nuestros pares que sabemos que todos tenemos un sistema excretor, todos cagamos, todos nos tiramos pedos, y todos venimos acompañados con olores... Pero no hablamos de eso, hacemos la vista gorda a nuestro canal de salida.

Estas pequeñas bestias me hacen sentir ultrajada cuando meten su hocico pegadito y firme contra las cavidades buscando NUESTRAS glándulas perianales y hacen énfasis en el sonido de la olfacción dejando en evidencia que nuestro culo huele.

Se que es natural, pero realmente se torna incómodo, sobre todo cuando tenés puesta una pollera y te dejan la ingle al aire delante de cualquiera... Pero pierde todo lo sexy, ya que sabemos que lo que están buscando no es mas que hedor.

Espero entonces ansiosa que la evolución haga su trabajo en esta área de interacción perruna-humana.

miércoles, 5 de enero de 2011

62) La Gastronomía

No me refiero claramente a la comida en si. No hay placer que me pudiese llevar directo al infierno como lo va a hacer la comida. No disfruto tanto el cocinar, pero por una limitación personal. Aunque admito que cuando hay antojo y elementos lo disfruto casi como un buen posteo de blog (ay que locuaz).

Hay profesiones y oficios que no es que no me gustan. Las detesto, las odio, las aborresco.
Curiosamente (o desde un nivel psicológico quizá no es tan curioso) las profesiones de mi madre y mi padre son parte de esa negación. Nunca querría/podría estudiar algo relacionado con los números. SI podría pero JAMÁS me dedicaría a la gastronomía.

Promete total independencia y libertad, cuando en realidad sos esclavo absoluto: de día proveedores, de tarde clientes, casi al anochecer proveedores, noche clientes otra vez.

La comida cotidiana pierde emoción. La comida casera pasa a ser un manjar. Todos los sabores del local se mezclan y después de haber repetido el menú entero cientos de veces todo tiene el mismo sabor, dando como resultado 150 platos distintos y el hambre anulado.

La piel empieza a absorver los olores para no dejarlos ir nunca.

Comer en tu negocio es mas molesto de calzón chino: antes de cada bocado hay alguien a quien saludar, hay que levantarse a atender el teléfono o a algún cliente entre bolo alimenticio y bolo alimenticio. No hay nada que supere la irritación de una comida interrumpida.
De hecho me ha pasado millares de veces cuando era pequeña de ir a ver a mi papá mientras trabajaba (¡Pero que digo! Si cada vez que lo veía estaba trabajando... Salvo los domingos) y el salón estaba tan colmado que terminaba comiendo en el depósito entre la harina y los cajones de bebidas.


La falsedad constante que hay que mantener para con los clientes. Te tenes que poner ganchitos en la comisura de los labios para sostener una sonrisa de pelotuda que muestre simpatía y calidez. Ser buen anfitrión siempre es degastante y humillante.

Hay momentos donde tenes a 50 personas masticando al mismo tiempo, y podes ver el movimiento de la mandíbula llena de comida triturada y húmeda paseándose entre las encías, y esa es otra cosa que me quita el hambre.

No me gusta el gastrónomo en si. El ritmo de vida que exige e implica el rubro, suele llevar con mucha frecuencia a el consumo de estupefacientes que ayuden a mantener la energía. No me voy a hacer la conchudita straight edge, pero eso va de la mano con la no sana diversión: no hay un solo trabajador de estos locales (y creanme que he encuestado a varios sobre este asunto) las putas y el alcohol son moneda corriente.
La tensión de una cocina y de mantener cómodo al cliente y sobre todo en el horario donde el organismo promedio se encuentra en estado de relax, conlleva a una necesidad furiosa de despeje, y queridas señoras de gastrónomos, ustedes, son todas cornudas.
Y mas allá de eso, el comerciante tiene que tener labia, tiene que chamuyar casi por obligación.

Hablando de la tensión en la cocina, odio la tensión en la cocina.
En el salón se escuchan risas, conversaciones, brindis. El clima del salón tiene que simular y superar en calidez a un comedor familiar. Pero hay una puerta que al cruzarla un calor agobiante, una combinación de olores se vuelve fétida, y hay desde 5 tipos con cuchillos y grasa pegada gritando, cortando, golpeando, puteando, exigiendo y reprochando cosas.
La cocina es un trailer del infierno.
Lo bueno es que luego de la batalla esa tensión con los compañeros queda de lado y vuelvena ser ellos mismos, pero no siendo cocinera los miro con bronca y miedo, porque me parecen bipolares todos, y no se cuando me van a meter el meñique en la feteadora.

Los riesgos no se limitan a quemaduras de agua hirviendo los riesgos, sino de aceite caliente, bandejas calientes, cortaduras, raspaduras, golpes en los codos, golpes de puertas, el doloroso impacto del cambio de temperatura.
Ser gastrónomo duele.

Detesto saber que todo lo que queda en los platos no tiene chance de recicle alguno y terminan toneladas y toneladas de comida en perfecto estado en la calle.

El gastrónomo se transforma en workaholic. Lo primero y principal es su mugroso negocio... no hay nada más importante que la comida... la prioridad son los clientes... EN TODOS LOS FUCKING ASPECTOS DE SU FUCKING VIDA.

Y cuando mi novio me dice "voy a ponerme un bar", ni te cuento la revolución de malos recuerdos, malas experiencias y bilis que empiezan a recorrerme atravez del cuerpo llegandome al aura.

No. Por que si yo cedo en esta, la próxima te pones una granja de arañas. No puedo simplemente no puedo aceptar algo que tan a flor de piel rechazo.

Siento odio. Mas que nunca.

Vayanse a la mierda todos los que alguna vez expresaron envidia por tener un restaurant. No saben lo que dicen NO SABEN LO QUE DICEN.