31) El post entrevista de trabajo

46 mails promedio enviados por día con mi CV. 46 sentimientos de frustración promedio por día. Eterna espera por la mera obtención de una entrevista de trabajo.

Y cuando finalmente llega, junto con las ilusiones empieza la ansiedad por sobre la vestimenta, cómo tapar el tatuaje, preparar las respuestas a las usuales ridículas preguntas  como "si estuvieras en un submarino en la WWII ¿Salvas a tu mamá o a tu papá?", o por si descubrirán por mi dibujo de un paraguas mis trastornos de ansiedad acumulados por décadas.

Pero luego de pasar por todo ese momento incómodo de no acordarte el nombre del entrevistador, de que no sepas donde poner los codos, y de que hayas logrado ocultar el taco roto de los últimos zapatos buenos que te quedaban, empieza la verdadera odisea... La espera de la respuesta...

A veces te dicen "si no te llamamos hasta el Miércoles, es que no" y hasta el Miércoles estas con el ojete derretido entre las manos cada vez que suena el celular.
Otras veces te dicen que te mandan un email si es que no entraste y cada vez que entras a la bandeja de entrada mientras te masticas el corazón con el esternón.
En ese tiempo visualizas tu nueva rutina, tus almuerzos que podes pagar porque vas a tener plata, te prometes que vas a mantener las uñas como una señorita, te imaginas de regreso un día con la noticia de un ascenso, y boludeces así  porque tener trabajo te hace ser mejor persona o querer serlo y es mejor acrecentar las expectativas para que si no se llega a dar puedas llorar como víctima, porque sos un idiota. Osea hace 9 meses que no conseguís laburo, sos un idiota.
Lo peor es cuando ya hiciste varias entrevistas del mismo lugar y no tienen la gentileza de comunicarse para decirte que invertiste 5 horas de tu vida en ellos al pedo y te tenés que dignar a llamar vos para que te crucifiquen con los látigos de tu ineficiencia para el puesto.

La espera a una respuesta de trabajo se corresponde a un lento cáncer de páncreas.