En el recreo de la secundaria solíamos tirarnos suelo en ronda o en fila, y cada vez que alguien se compraba lo que sea en el kiosko era obligado que pase por cada mano convidando... Y hasta ahí estaba bien, hoy por mi mañana por ti.... Pero el problema era cuando recibía menos de la mitad de la mitad de mi sanguche, o lo que sea, y me preguntaba por qué les estaba financiando la merienda matutina.
No era justo. Por eso adopte meterme lo que comiera en el guardapolvo e ir sacándolo de a poquito cuando nadie veía, y solo le convidabas a esa pilla que se rescataba.
Es muy odioso convidar o dar a probar algo y que el mordisco tenga mas de 2 centímetros. Es una falta total de respeto y cualquier etiqueta humana a lo que compete a la confianza y el agradecimiento.
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No importa si te sacan media porción o una miga; la gente que pide probar es molesta. Y peor cuando quieren meter su tenedor sucio en nuestro plato.
ResponderEliminarEl día de hoy que sigue dandome un poco de asco el concepto del mate, compartir no es humano
ResponderEliminarYo no tomo mate ni aunque me torturen.
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