Las mujeres elegimos cuándo algo nos molesta y cuando no. Si te piropean en la calle "son todos iguales", si no te piropean "estoy gorda". Si le gusta el vestido que te pusiste "no me miraste" si no le gusta "me tiras siempre abajo".
Pero hay una constante que repudiamos cada puta vez que se sucede: estas caminando llegando a la esquina, miras hacia los lados y un camión viene a una velocidad considerable que te hace frenar y esperar que pase (porque el derecho de paso del peatón no significa nada para estos ignaros). Llegando a la esquina, el camión baja la velocidad... Claro es lo que se hace en cualquier esquina... Pero la velocidad sigue bajando... Y baja... Y baja. Y cuando llega en frente tuyo, el camionero se asoma y "mama que buen orrrrrrto para exprimirme el jugo a la mañana". Y vos tuviste que frenar, esperar, y quedarte rehén de un cerdo que te hace sentir lamida verbalmente.
Lo mismo sucede con otros vehículos, pero son los camioneros los que porque tiene el coche grande y el pito chico insisten en ser burdos y miserables a cada oportunidad.
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