Fuí al norte. Me maravillé. Me enamoré por completo de cada rincón que visité. Hoy en día digo que fueron los veintipico días mas felices de mi vida.
Pero estando allá vi repetidas veces una escena deplorable: gente citadina correteando a los nenes locales abrazándolos, alzándolos a upa, preguntándoles con quién vive, si van al colegio o mostrándoles sus cositas modernas.
Yo no veo eso en la ciudad con los niños citadinos que no viven en el cerro. ¿Será que solo la gente que va al norte son los amantes de los niños? ¿O será que de repente el aire puro los hace sentir culpables de su cotidiano consumismo y necesitan compartir con esos pooooooooooooooobres niños sin pleistashion?
Y lo que mas me revuelve es que se saquen fotos para después mostrarles a sus amigos la interacción que tenían con los "pueblerinos".
Vergüenza infinita.
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En Villa Gesell había unos negros senegaleses (o algo así) que vendían chucherías, y uno de ellos tenía un bebé. Todo el mundo se paraba a mirar y acariciar al negrito, como si fuera un mono del zoo!!!
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