No es el frasco de desodorante vacío lo que me jode a mi. Siendo del sur del conurbano estoy obligada a pasar más veces de las que quisiera por el Riachuelo y estoy más que acostumbrada a los olores fétidos.
Pero lo que si realmente me produce náuseas es sentarme en la tabla del inodoro y sentir que está caliente.
Me da una sensación tan severa de desagrado en las cachas que prefiero esperar aunque se me exploten los riñones antes de que se me generen imágenes mentales de el culo que estuvo ahí antes que yo, y pensar que hasta puede haber habido algunas gotas de transpiración de muslos ajenos.
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No hay que sentarse en inodoros ajenos!! Hay que hacer equilibrio.
ResponderEliminarLo peor de lo peor, y si esta salpicado ni hablas, es nausea segura!
ResponderEliminar¡No Sil! ¡Sos mas obse que yo! En los baños públicos si hago equilibrio, pero si voy a un conocido y se ve higiénico lo apoyo.
ResponderEliminarAHHHH SI ESTA SALPICADO sisisi.
Un época viví en lo de mi abuela porque se había quebrado una pierna y tenía una mujer que también ayudaba a cuidarla. SIEMPRE que iba al baño estaba salícado, y no podía entenderlo porque las mujeres lo embocamos adentro si o si... La cuestion es que agarraba papel higiénico, lo mojaba y lo limpiaba, despues le echaba lysoform y le volvía a pasar papel... CADA FUCKING VEZ
La verdad que visto así tenés razón, es un verdadero asquete.
ResponderEliminarPor suerte los hombres sólo nos sentamos para el número 2.
Ok, casi siempre meo sentado como una señorita, lo confieso, pero sinceramente nunca lo había pensado eso de que la tabla esté caliente.
Igual... vamos... si está fría, los gérmenes del gordo con el culo peludo que bien puede haberse sentado antes, van a seguir estando... hay que asumirlo.
Salud.
Tal como dijiste vos en mi blog, y nada tiene que ver con la entrada que has ingresado pero estoy de acuerdo en lo lindo que debe ser llegar a grande y correr como nena de 12 con un papelito del teléfono de un caballero ja
ResponderEliminarSaludos